uncafecontigo

Hay muchas maneras de abordar este asunto. En esta entrada me quiero referir únicamente a cómo influyen los que las personas tengan en su profesión y, más concretamente, a su éxito profesional. Es bastante común que los descendientes de personas emprendedoras económicamente se dediquen, sino a la misma actividad, sí a otras dentro del ímpetu organizacional, sea empresarial, político o de otra categoría similar. Y también lo son para las personas que se dedican al mundo de las leyes (abogados, jueces, etc). Y al ámbito científico, diría que aún más, aunque en este caso tiene que ver más con las ciencias como generalidad. De los médicos, suelen salir, médicos, biólogos, antropólogos, etc. ¿Y de los deportistas, de los músicos, de los escritores, pintores, etc? Pues habría que hacer una reflexión también. Y para los empleados de banca, los tenderos, los toreros, los cantantes…Yo creo que de estos últimos hay más que de jugadores de fútbol o de otras profesiones conocidas. Conocemos al

  Las organizaciones, y más las actuales, nacen y crecen en base a lo que obtienen. Es decir, los resultados que quieren o que obtienen. Esto es aplicable a los individuos en mi opinión. Y ¿qué entendemos por resultados? Pues el beneficio, ni más ni menos. Ahora eso se puede aplicar a cualquiera que estos sean. Pueden ser económicos, científicos, deportivos, etc. Yo creo que esto es fácil de entender y no habrá ser humano que, trasladado así, esté en desacuerdo. Incluso el más humilde e ignorante agricultor del último rincón de la tierra sabe que, para vivir tiene que buscar aportaciones del entorno que obtiene gracias a sus actividades cualesquiera que estas sean. Dicho esto, ¿qué hay de la vida sin resultados? ¿acaso es imposible su existencia? Pues opino que se puede matizar, que se puede vivir sin obtenerlos o, tal vez mejor, cambiando el concepto. ¿Lo que obtenemos de la mera curiosidad intelectual no es suficiente para vivir? De lo que denominamos “la dolce far niente” obtenemo

 Pues no, no es lo, tal vez penséis, o sí, no lo sé. La cuestión es que desde hace poco tiempo, relativamente, digamos desde hace unos dos siglos, hemos empezado a ver al sexo femenino como algo que estaba, pero al masculino, indigna y erróneamente, nos parecía que tenía que estar y poco más. Fue por entonces cuando empezamos a ver que escribían. De modo diferente pero lo hacían. Antes era impensable, ¿podemos imaginar una hermana de Cervantes escribiendo? Con mucha imaginación, verdad. Tengo tentación de meterme en otros asuntos pero no lo voy a hacer, simplemente decir que aún las echo de menos en la filosofía y en la música grande. Hace tiempo que escriben tanto o más que nosotros, que investigan, que actúan, que rigen (aquí todavía falta un poco también). Incluso hay profesiones que las tienen absolutamente copadas. En otras aún queda, pero ya están incorporadas totalmente al mundo de la producción, sea cuál sea su modalidad. Y también han empezado a morirse con las mismas edades y

 Si, seguramente te resulta rara esta palabra. Pues a mí también hasta hace unos días que la descubrí. Tiene que ver con los seres o cuasi-seres en los que conviven muchos tipos de vida de forma muy estrecha. No es el bosque, ni el río, ni las ciudades. La cosa podría inicarse como primera manera de entenderlo con los Arrecifes, pero va mucho más allá y tiene que ver con, por ejemplo, conviencia que se da en algunos animales, como el ser humano, diferentes tipos de vida y que dependen en gran medida unas de otras. Las células que componen los diferentes órganos del ser humano, no podrían vivir por separado, pero tampoco lo podrían hacer sin las bacterias de la microbiota intestinal, o sin los "bichitos" que pululan de manera permanente por nuestra piel. Este sistema, porque es lo que es, se llama ahora holobionte. Muy interesante la palabra que viene a decirnos que nuestra realidad es holística por mucho que nuestra conciencia sea individual. Algún día habrá que ver como se a