CUÑADOS

 Es una persona recurrente en los chistes y las bromas de Navidad. Lo que ocurre es que es como la gente, que somos todos. Todos somos cuñados o cuñadas de alguien. Bueno! todos no, pero muchos de nosotros, claro, aunque no sea oficializado siquiera. Me refiero a los que viven sin estar casados oficialmente. El cuñado/a existe, en cualquier caso.

Pero hoy me quiero referir, al que yo llamo el "efecto cuñao". Y no es un chiste, sino una triste realidad que yo he sufrido en diferentes ocasiones y que, quizás desgraciadamente, no he tenido el placer de disfrutar en ningún momento. Pero que no cunda el pánico, no es un asunto que tenga que ver con algún asunto familiar grave. Ni siquiera leve.

¿Alguna vez habéis trabajado algún proyecto profesional para ofrecer vuestros servicios a alguna entidad, pública o privada? Este efecto lo he padecido por igual en ambos ámbitos, sin exclusiones. También podría suceder que el proyecto haya sido académico o, incluso, personal. Pues bien, por mor de este efecto, ese proyecto tuyo sirve para ahorrarle el esfuerzo al que lo solicita por parte de la entidad que te lo ha encargado. Lo disfruta, lo lee, lo estudia, lo evalúa, etc. Hasta aquí todo bien, eso es lo que constituye su trabajo o, al menos, una parte importante del mismo. El efecto se produce cuando le parece bien, le gusta y le encaja en sus requerimientos, pero en vez de concederte a tí, el honor, el contrato y la remuneración por el mismo, se lo pasa con toda la naturalidad y jeta del mundo, a su cuñao. Para que lo haga él (o su empresa) y lo cobre él, claro está. Es muy simple, ¿verdad? 

¿Conoces a alguien que tenga alguna petición sobre trabajo para ti y que tenga cuñados? Pues ya sabes, es prácticamente inevitable, pero al menos que no te duela. Es como funciona ésto en algunos sitios. 

Pues ya sabes, a trabajar, y cuidado con los "cuñaos"

Buena tarde!!!